Clermont-Ferrand no suele estar en las listas clásicas de destinos turísticos en Francia, pero si te animas a descubrirla, ¡te sorprenderá!
Ubicada en pleno corazón de Auvernia, esta ciudad es conocida por su catedral gótica de piedra volcánica negra, su legado medieval, sus vistas al macizo central y, por supuesto, por ser la cuna de Michelin.
Rodeada de volcanes dormidos, ofrece una mezcla irresistible de patrimonio histórico, industria, naturaleza y gastronomía.

Si estás viajando entre Lyon y Toulouse, o recorriendo el centro del país, Clermont-Ferrand es una parada ideal para dedicarle un día completo.
Aquí te propongo un itinerario práctico para sacarle el máximo provecho a tu visita.
Resumen del itinerario de un día
✅ Plaza de Jaude
✅ Catedral de Clermont-Ferrand
✅ Centro histórico y calles de piedra volcánica
✅ Barrio de Montferrand (opcional)
✅ Museo Michelin
✅ Parc Montjuzet
✅ Cena típica auvernesa
1. Plaza de Jaude – El corazón vibrante de Clermont-Ferrand
Comienza el día en la Place de Jaude, la plaza principal y auténtico centro de la vida urbana.
Se cruzan estudiantes, locales, turistas, compradores y artistas callejeros. Está flanqueada por tiendas, cafés, centros comerciales y grandes monumentos.
En el centro de la plaza encontrarás una imponente estatua ecuestre de Vercingétorix, el legendario líder galo que resistió a Julio César.
Esta estatua, realizada por Bartholdi (el mismo escultor de la Estatua de la Libertad), da inicio a una jornada cargada de historia.
Desde aquí puedes ver la silueta oscura de la catedral y ya sentir el contraste entre modernidad y tradición que define la ciudad. Si vas en invierno, suele haber una pista de patinaje sobre hielo; en verano, terrazas llenas de vida.
2. Catedral de Clermont-Ferrand – Un gigante de piedra volcánica
A pocos pasos de la plaza, subiendo por la Rue du 11 Novembre, se alza la Cathédrale Notre-Dame-de-l’Assomption.
Esta catedral es única en Francia: está construida íntegramente con piedra de Volvic, una roca volcánica oscura que le da un aspecto gótico y misterioso.
Fue edificada entre los siglos XIII y XIX, con torres de 96 metros de altura que se pueden ver desde varios kilómetros de distancia.
En el interior, las vidrieras medievales son espectaculares, y si está abierto, puedes subir al mirador para tener unas vistas privilegiadas de la ciudad.
🕒 Entrada gratuita.
📍 Consejo: rodea la catedral por la Rue du Terrail para ver los contrafuertes góticos y la plaza frente al Palacio Episcopal.
3. Centro histórico y casas de piedra negra
Tras visitar la catedral, te recomiendo perderte por las calles del centro histórico, especialmente por:
- Rue des Gras: llena de tiendas de diseño, librerías, bares con encanto y edificios con entramados medievales.
- Rue du Port y Rue Pascal: donde notarás más la influencia romana y medieval.
- Place de la Victoire: una pequeña plaza peatonal perfecta para tomar un café mirando la catedral.
Una de las particularidades de Clermont-Ferrand es que muchas de sus casas y edificios están hechos con piedra volcánica negra, lo que da una identidad visual muy marcada. Aquí es donde mejor se aprecia la unión entre el pasado volcánico de la región y su arquitectura.
4. Mercado gourmet o tiendas regionales – Un paseo para el paladar
Si estás por la ciudad en día de semana o sábado por la mañana, vale la pena asomarse al Marché Saint-Pierre, uno de los más conocidos. Está a unos pasos de la catedral, en una estructura moderna pero muy animada, donde los productos locales son los protagonistas.
Si prefieres una experiencia más pausada (o no coincides con el mercado), puedes entrar a alguna de las tiendas gourmet de Auvernia, donde encontrarás delicias como:
- Quesos regionales: Saint-Nectaire, Bleu d’Auvergne, Cantal…
- Charcutería local: jamón seco, salchichas artesanales.
- Vinos volcánicos: poco conocidos pero cada vez más valorados.
- Mieles y mostazas artesanas.
👉 Consejo: si prefieres algo informal, compra un picnic y prepárate para disfrutarlo en el parque más adelante.
5. Barrio de Montferrand – El otro centro histórico (opcional si tienes más tiempo o coche)
A unos 15-20 minutos en tranvía o coche desde el centro está Montferrand, una antigua villa medieval que fue independiente de Clermont hasta el siglo XVII. Aquí no hay grandes multitudes y el ambiente es mucho más tranquilo.
Qué ver en Montferrand:
- Calles empedradas y casas con entramado de madera.
- La Place de la Fontaine, muy pintoresca.
- La Iglesia de Notre-Dame-du-Port, joya del románico.
- El ambiente de pueblo detenido en el tiempo.
📍 Ideal para quienes quieran ver una cara más auténtica y local de Clermont-Ferrand.
6. Museo Michelin – Historia, coches y aventuras
Uno de los lugares más curiosos e imprescindibles de Clermont-Ferrand es el L’Aventure Michelin, un museo interactivo dedicado a la historia de la famosa marca de neumáticos que nació aquí mismo.
Pero no es solo para fanáticos de los coches: el recorrido está lleno de anécdotas, objetos antiguos, mapas Michelin, prototipos de neumáticos de carreras y hasta esculturas de Bibendum (el muñeco Michelin).
🕒 Horario: suele abrir de martes a domingo, cierra los lunes.
🎟️ Entrada: entre 10€ y 12€ (consultar online).
👨👩👧 Ideal para familias, adolescentes y viajeros curiosos.
7. Parc Montjuzet – Las mejores vistas de Clermont-Ferrand
Para cerrar la tarde con broche de oro, nada como subir al Parc Montjuzet, un enorme parque en las colinas que rodean la ciudad. Tiene zonas ajardinadas, arte contemporáneo, áreas para niños, y sobre todo: un mirador espectacular.
Desde allí podrás ver:
- La catedral emergiendo sobre los tejados.
- La planicie de Limagne.
- Y, si el día está despejado, los Puy volcánicos en el horizonte.
🥪 Si compraste algo en el mercado, este es el sitio ideal para un picnic al atardecer.
8. Cena típica de Auvernia – ¡A cerrar con sabor!
Después del paseo y las vistas, es hora de probar la cocina regional. Algunas especialidades que puedes buscar en los menús:
- Truffade: patatas cocidas con queso tomme fundido, típica y contundente.
- Aligot: puré de patatas con ajo y queso, muy cremoso.
- Potée auvergnate: guiso tradicional con verduras y carne.
- Quesos locales con pan rústico y vino del Puy-de-Dôme.
📍 Zonas recomendadas para cenar:
- Cerca de la catedral, hay varios bistrot auténticos.
- Rue des Gras y Rue Saint-Esprit, con opciones modernas y jóvenes.
Consejos prácticos para un día en Clermont-Ferrand
🚌 Cómo llegar:
- Tren desde Lyon (~2h), París (~3.5h), Toulouse (~4h).
- Por carretera, está bien conectada por autopista A75.
🚶 Cómo moverse:
- El centro es perfectamente caminable.
- Usa el tranvía para ir a Montferrand o Michelin.
🗓️ Cuándo ir:
- Primavera y verano son ideales.
- En otoño es muy fotogénica, y en invierno… puede haber nieve.
🚗 Dónde aparcar:
- Parking Jaude o Delille-Montlosier son los más céntricos.
🙋 Preguntas frecuentes sobre Clermont-Ferrand
¿Se puede visitar Clermont-Ferrand en un solo día?
Sí, perfectamente. El centro es compacto y la mayoría de los atractivos están cerca unos de otros. Si te organizas bien, puedes ver lo esencial en una jornada completa.
¿Cuál es la mejor época para visitar Clermont-Ferrand?
La primavera y el verano son ideales para disfrutar de los parques y los paisajes volcánicos. El otoño también es bonito. En invierno puede haber nieve, especialmente en las zonas cercanas a los volcanes.
¿Hay free tours en Clermont-Ferrand?
No son tan comunes como en otras ciudades, pero hay visitas guiadas organizadas por la oficina de turismo y, ocasionalmente, tours temáticos (gastronómicos o arquitectónicos). También puedes seguir rutas autoguiadas con mapas oficiales.
¿Dónde aparcar si llego en coche?
Las mejores opciones son los parkings subterráneos en Place de Jaude y Delille-Montlosier. Son céntricos y seguros. También hay aparcamientos gratuitos en las afueras con conexión de tranvía.
¿Qué platos típicos hay que probar?
- Truffade
- Aligot
- Quesos regionales como Bleu d’Auvergne y Saint-Nectaire
- Lentejas del Puy
- Postres con castañas o frutas de montaña
¿Vale la pena visitar el Museo Michelin si no me interesa el automovilismo?
Sí, porque el museo también trata la historia de la empresa, el desarrollo urbano de Clermont-Ferrand y tiene una parte lúdica e interactiva muy bien pensada. Es una visita entretenida incluso sin ser fan de los coches.
¿Merece la pena visitar Clermont-Ferrand?
¡Definitivamente sí! Clermont-Ferrand no es tan turística como París, Lyon o Burdeos, pero es una joya del centro de Francia, llena de personalidad, historia y sabores intensos. Con sus calles oscuras de piedra volcánica, su ambiente estudiantil, sus vistas de los volcanes y su carácter auténtico, es perfecta para una escapada diferente y sorprendente.
Si estás explorando la zona de Auvernia o haciendo una ruta entre el sur y el norte, dedícale al menos un día: no te arrepentirás. Y si te queda tiempo… ¡la cadena de volcanes de Puys está a solo 15 minutos en coche!

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